No es que haya tenido que pasar el invierno en una montaña lejana sin alimento y abrigo, pero verdaderamente es para mí la etapa más dura del año, así que cuando éste termina, lo considero un triunfo de mi espíritu. Soy como ese nogal que vive en mi jardín, que aún luce solitario y gris, pero si levantas la mirada, podrás ver en sus ramas más altas los primeros brotes de hojas verdes y tiernas que anuncian que ese árbol viejo y robusto, ha sobrevivido a otro invierno.
El equinoccio de primavera es más que un suceso astronómico. Significa el triunfo de mi voluntad contra las destemplanzas del invierno; representa el fin de un periodo de hibernación física, pero sobre todo emocional. No hacen falta rituales para llenarme de su energía renovadora, para mí cada día soleado es un pretexto para sembrar y florecer.
“La primavera es más que un simple cambio de estaciones, es un renacimiento del espíritu”.
Toni Sorenson.

Cuéntame, ¿a ti que te inspira la primavera?